-Ya
estamos todos, ¿empezamos? Hoy no viene Susana.
-
Pues no… yo sin Susana no empiezo- bromea alguien, mientras, de
fondo, algún rezagado acaba con las páginas encomendadas.
La
mayoría de asistentes hace ya varios días (años incluso) que
conocemos el final, pese a ello, y siguiendo las instrucciones del
editor, hablamos despacio, midiendo cuidadosamente las palabras e
intentando – sin demasiado éxito- evitar que cualquier alusión a
las últimas páginas del libro o a la película arruine a alguien la
experiencia de adentrarse junto a Bruno en el mundo que se esconde
del otro lado de la alambrada, pero debemos reconocerlo, seríamos el
sueño de cualquier espía.... Tratábamos de unirnos al ya no
tan selecto club de personas que se ha sorprendido y angustiado a
partes iguales por la inocencia infantil con la que explora su nuevo
mundo...
Finalmente me gustaría citar un pasaje del libro que, en mi humilde opinión, concentra el espíritu de la obra cuando se lo ubica en su contexto, así que: “hasta luego, que tengas un buen día” Boyne, J. (2008), El niño del pijama a rayas, Salamandra, p. 58.
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